El capital flotante o free float, como se le conoce en el mundo anglosajón (y cada vez más en el nuestro, por desgracia), es el porcentaje de acciones de una empresa que cotizan y están a libre disposición del comprador en el mercado secundario; esto es, que no están retenidas por un accionista de control, inversores a largo plazo como fondos y otros agentes institucionales, etcétera.
Accionistas de control
Un accionista de control es aquel que tiene un porcentaje de las acciones de una empresa suficiente para resultar relevante en la junta de accionistas.
Uno pensaría que un accionista de control necesita tener un 51% de las acciones para poder controlar una empresa; la realidad es que la mayoría de los accionistas no se preocupan por el control de la misma, por lo que con porcentajes mucho menores se puede considerar a alguien accionista de control; incluso un 5% puede bastar para tomar el control de una empresa… de hecho, en España por encima de esta cifra de participación se han de notificar a la CNMV.
Por ejemplo, si nuestra empresa saliera a bolsa pero nosotros retuviéramos un 25% para asegurarnos el control de nuestra empresa (manteniéndonos como accionistas de control), ésta tendría un capital flotante del 75%.
Sin un amplio free float la cotización se resiente en su liquidez. Esto es malo, pues entrar o salir de la posición es más difícil y costoso, y el valor se hace más volátil. Una empresa con mucho capital flotante, por tanto, será buena para el inversor. El capital flotante es, al fin y al cabo, la parte de la empresa que está expuesta a negociación; incluso se puede ignorar en muchas ocasiones el resto. Es lo que hace el IBEX 35, que a la hora de considerar la participación de un valor en el mercado, descuenta las acciones no disponibles.
2 Comments
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Interesante artículo para entender un poco más la terminología de las finanzas.
Saludos,